La digitalización de todos los aspectos de nuestras vidas es un hecho innegable: cuando necesitamos obtener información de cualquier situación, lo primero que hacemos es acudir a buscadores en línea que nos darán una respuesta inmediata, cuando queremos contactar con alguien, no dudamos en mandarle un mensaje por correo electrónico o a través de redes sociales, trabajamos desde casa sin que ello suponga un esfuerzo adicional, etc.
Como no puede ser de otra forma, esta manera de funcionar otorga a la información que compartimos en línea un valor incalculable, ya que esta va a ser nuestra presentación de cara a los que nos buscan por la red.
Esto puede ser tan bueno o malo, como lo sea la información sobre nosotros accesible a terceros, por lo que es importante mantener un buen control sobre ella, de forma que podamos conocer la manera en que otros nos perciben e intentar adaptarla a nuestros intereses.
Entonces, ¿qué es la huella digital?
Conocemos como “huella digital” todo rastro que una persona u organización deja cuando utiliza internet.
Pero no solo el internet que usas de forma consciente o intencionada (por ejemplo, publicando una fotografía o un comentario en una red social), sino también aquel que va registrando tu paso sin que te des cuenta (como puede ser a partir de las cookies que se van instalando en el navegador, monitorización de la dirección IP, geolocalización o el historial de navegación). Así, distinguimos entre la huella digital activa y la huella digital pasiva, respectivamente.
La huella digital, creada de ambas formas, es relevante tanto para personas físicas como para empresas. Ahora, si bien en esencia ambas huellas digitales consisten en el mismo concepto, cuando distinguimos entre la huella de una persona y la de una empresa, estamos hablando de información distinta.
La huella digital empresarial
La principal diferencia entre la huella digital de una persona física y la de una empresa se encuentra en su complejidad:
La huella digital de una persona física se crea a partir de la información personal que la propia persona va compartiendo en internet. En cambio, cuando hablamos de la huella digital de una empresa estamos hablando de información que se crea a partir de vías distintas: normalmente, la propia empresa, sus empleados y sus clientes. En este sentido, construye la huella digital de una empresa, a modo de ejemplo, su presencia en línea a partir de los sitios oficiales de la compañía, las actividades llevadas a cabo por los empleados en nombre de la empresa, información sobre los clientes con los que se trabaja e incluso datos sobre su desempeño (por ejemplo, reseñas de clientes).
Como se puede observar, la huella digital de una empresa tiene muchas más fuentes que la de una persona física y, por lo tanto, es mucho más complejo controlarla.
¿Por qué es importante controlar la huella digital de una empresa?
Para entender la forma en que la huella digital de una empresa puede tanto favorecerla como perjudicarla, es necesario conocer los riesgos de no controlarla. A continuación, se enumeran los riesgos más importantes derivados de la huella digital de una empresa:
La influencia de la huella digital sobre la reputación empresarial
Poniéndonos en el lugar de un potencial cliente en la era digital actual que tiene una necesidad y debe buscar un servicio que la satisfaga, ¿qué haríamos? La respuesta es clara: realizaríamos una búsqueda por internet sobre a qué empresa podemos acudir para que nos ayuden.
Ante la gran cantidad de opciones que se nos presentan, y salvo que haya notorias diferencias entre los servicios prestados o sus condiciones de contratación (como el precio o lo que incluye el servicio), la percepción que tenemos de las empresas que aparecen cobra un gran valor.
Hablamos aquí de imagen corporativa, de reseñas de clientes, de lo que la empresa comparte en sus redes, de si su información se encuentra actualizada, si su página web es actual, moderna y accesible, entre otras cuestiones.
Es en este punto cuando la huella digital puede ayudar o, todo lo contrario, perjudicar a una empresa en mayor grado: la huella digital posee un poder inmenso a la hora de moldear la percepción de su marca y de impulsar el comportamiento de un potencial cliente.
La necesidad de proteger la privacidad de empleados, clientes y cualquiera con quien la empresa se relaciona
Como bien sabemos, cualquiera que trate datos personales, de la forma que sea, tiene la responsabilidad de protegerlos. Esto incluye la información que se publica en línea, tanto de empleados como de clientes.
Cuando formamos parte de una empresa o nos relacionamos a nivel comercial con ella, confiamos en que dicha empresa va a proteger nuestra información y en que se abstendrá de publicar nuestra información confidencial.
Si, a raíz de una falta de protección de la información que una empresa maneja, los datos personales se ven divulgados indebidamente, la reputación de la empresa se verá dañada y la imagen proyectada perjudicará en gran forma las posibilidades de captación de nuevos clientes derivadas de la desconfianza generada en las personas.
Garantizar que existan medidas preventivas adecuadas para proteger la información, su confidencialidad y su integridad, ayudarán a tu empresa a proteger su imagen de cumplimiento y seguridad.
Peligro ante ataques de terceros
La presencia de una empresa en internet la pone, inevitablemente, en el mapa. Tanto para bien (de cara a ser conocida para potenciales clientes) como para mal (de cara a ser un objetivo más para la ciberdelincuencia).
Dando un paso más allá, una empresa con presencia en internet, pero teniendo su información publicada de forma descontrolada, es un atractivo para aquellos terceros que pretendan lanzar ataques dirigidos a obtener información personal para utilizarla posteriormente de forma maliciosa.
Friendly reminder: un ataque de ingeniería social implica siempre que el atacante ha accedido a información personal de la persona afectada. Para realizar un ataque de este tipo, el atacante ha debido conocer algún detalle personal de su víctima para efectuar el engaño que llevará a la persona a darle acceso a información confidencial (por ejemplo, su número de teléfono, su correo electrónico, su posición o relación con la empresa…).
¿Cómo controlar la huella digital de mi empresa?
Llegados a este punto, te estarás planteando esta misma pregunta, y la respuesta no es única. Lo cierto es que la protección de la huella digital de una empresa deriva de la interiorización de una cultura del respeto a la información confidencial (incluyendo la personal) y la concienciación por parte de todos los que la conforman.
A continuación, enumeramos una serie de medidas que puedes implementar en tu empresa, y que te llevarán un paso más allá en la protección de sus activos en internet:
- Tu huella digital existe, por lo que tienes que ponerte en la posición de aquel que busca información de ella en internet. Haz un seguimiento continuo de la información que se ha publicado sobre tu empresa en internet, por ejemplo, configurando alarmas que te avisan de cuándo se ha publicado algo sobre ti.
- Asesórate en materia de protección de datos personales y la implementación de medidas técnicas y organizativas de seguridad para tus bases de datos personales. El cumplimiento de la normativa en este sentido te puede ayudar, no solo a evitar sanciones, sino a ser una empresa en la que se puede confiar.
- Forma y conciencia a tus empleados sobre la importancia de mantener la información segura, a detectar acciones o comportamientos de los sistemas que puedan ser sospechosos de ataques, a utilizar los sistemas de comunicación de forma responsable y a no caer en ataques de ingeniería social.
- Elimina continuamente información almacenada a través de cookies y mantén en tus sistemas una configuración por defecto lo más respetuosa con la privacidad posible.
- Mantén tu software actualizado en todo momento y haz auditorías en materia de seguridad para detectar vulnerabilidades.
Recuerda: la huella digital de tu empresa ya existe; depende de ti gestionarla de manera efectiva para convertirla en un activo valioso que refleje los valores y la profesionalidad de tu organización.
Artículo escrito por:
Abogada especialista en privacidad y contratación tecnológica
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